martes, 16 de junio de 2015

LECTURAS REGIONALES - 2

EL ZORRO QUE FUE AL CIELO


Dicen los achachilas que cierta vez el zorro se encontraba al lado de un río y melancólicamente observaba las imágenes que reflejaban sus aguas. Se veía a gente bailando, bebiendo y riendo. ¿Qué pasaba? Las aguas del río no hacían más que reflejar la algarabía que allá arriba se vivía: en el cielo estaban de fiesta.

El zorro, que andaba cabizbajo y pensativo, no se dio cuenta que un cóndor había bajado a tomar agua. Al verlo se le ocurrió una gran idea.
- ¿Qué pasa amigo tiwula? – preguntó el cóndor.
- Es que quiero ir a la fiesta que hay arriba en el cielo y sólo, no puedo. ¿Por qué no me llevas tata condori? – dijo el zorro.
El cóndor aceptó de buena gana el pedido del zorro y le dijo que se montara en su espalda. Volando hacia las alturas llegaron al cielo y se unieron a la fiesta. Comieron bastante, bebieron y se divirtieron.
Al cabo de un rato el cóndor buscó al zorro que andaba perdido entre tanta gente alegre y le dijo que ya era hora de volver. El zorro, entusiasmado con el festín, no quiso regresar y se quedó allá arriba. Cansado de esperar, el cóndor retornó sin su compañero a la tierra.
Acabada la fiesta, el zorro, que se había quedado solo, se fue de visita a la casa de una estrella. Como todavía tenía hambre, la estrella le alcanzó una olla de barro y le dio un granito de cañihua para que se hiciera una mazamorra. El zorro miró el grano con desconcierto y pensando que eso no iba a ser suficiente le dijo a la estrella:
- Pero ¿cómo va a alcanzar un solo grano de cañihua para los dos? Eso no alcanza ni para mí.
Y sin que la estrella se diera cuenta, rápidamente aumentó diez granos más a la olla. Así comenzó a preparar su mazamorra de cañihua mientras se le hacia agua la boca.
El zorro contento seguía en la tarea de remover la mazamorra que estaba casi a punto. De pronto la olla comenzó a rebalsar y la mazamorra chorreando, chorreando fue a dar al suelo. Como el zorro andaba muerto de hambre se puso feliz a lamer lo que caía de la olla y casi sin descansar trataba de comérselo todo. Pero la alegría pronto se convirtió en angustia pues la olla seguí rebalsándose y la habitación se iba llenando de cañihua sin que el zorro pudiera hacer nada para detenerla.
La estrella al ver su casa llena de mazamorra se puso muy enojada y colérica y a gritos le dijo al zorro:
- ¡Zonzo nomás siempre habías sido, tiwula! ¿Por qué has aumentado más cañihua? ¿Acaso no te había dado suficiente?
¡Ahora todito te lo vas a tener que comer!
El zorro, arrepentido y triste por su desgracia, se angustió más aún y, no pudiendo hacer nada, pensó que lo único que le quedaba era regresar a la tierra. Entonces se ató a una soga y fue donde la estrella a suplicarle que le ayudara a bajar.
La estrella aceptó ayudarlo y sujetó la soga para que el zorro pudiera bajar.
Camino a la tierra y cuando escasamente le faltaban diez metros, el zorro vio a un loro que volaba frente a él y, liso como era, sin más ni más, lo insultó diciéndole:
- ¡Loro lengua de papa!
- ¡Loro lengua de chuño!
- ¡Yo te puedo matar!
El loro lleno de furia por los insultos del zorro, comenzó a picotear la soga por la que éste descendía. Al ver que la soga se rompía, el zorro comenzó a gritar fuertemente diciendo:
- ¡Extiendan un frazada suave!
- ¡Extiendan una frazada rosada!
- ¡Miren que vengo del cielo!
Los desesperados gritos de zorro fueron vanos. Nadie los escuchó. A gran velocidad cayó en medio de duras rocas y su panza repleta de mazamorra se reventó.
Con la caída la cañihua se esparció por todas partes.
Cuentan los achachilas y awichas (abuelos y abuelas)que fue así como apareció este alimento en el altiplano.

Narrada por: Orfelina Mamani Otazú de la localidad de Huancane - Puno

LA LECTURA


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LECTURAS REGIONALES - 1

EL PUKUPUKU Y EL GALLO








Un día pukupuku y el gallo discutía sobre quien tenía el derecho de anunciar con su canto la llegada del nuevo día, discutieron y discutieron pero no han podido arreglar solas y acordaron llevar sus quejas a conocimiento de las autoridades del pueblo, en el camino el gallo hizo amistad con ratón que le pedio un poco de cancha para sus hijos que sufrían de hambre, a cambio tenía que acompañar y ayudar al gallo como testigo, cuando llegaron al pueblo se fueron al despacho del juez. Y dijo pukupuku señor juez yo tengo el derecho de anunciar con mi canto la llegada del nuevo día, mis antepasados hicieron lo mismo, ahora este gallo es un extranjero recién llegado trata de usurpar mis derechos, el gallo también expreso su queja que el tenía derecho para hacer despertar a la población. Entonces el juez digo: BIEN PRESENTEN SU DEMANDA POR ESCRITO.

El pukupuku expreso en su demanda que el ha sido designado por los deidades como los cerros, la madre tierra, la Luna y el sol y otros seres de la naturaleza, por lo tanto tiene derecho de cantar todas las mañanas a la nueva vida y como testigo la “Leqechito” (cintinela).

El Gallo manifestó desciendo; que yo he adquirido el derecho de cantar al amanecer porque mis dueños han conquistado esto tierras y como testigo era el “achacu”(ratón).

El juez había citado a un comparendo a ambos demandantes; una mañana el juez ha tenido que escuchar los cánticos de pukupuku y del gallo, para cumplir con la propuesta del juez el pukupuku había cantado de cada media hora y el gallo en cada hora, pero como el gallo tenía cono su testigo al ratón el ratón había extraido la documentación de la demanda de pukupuku y a la vez al gallo la despertaba el ratón según el reloj del señor juez.

En la mañana el juez llamo a los demandantes y les digo; Pukupuku no serás el que canta y que hace despertar a la población y el leqechito quería defender y el juez le agarro a golpes y por eso en la actualidad tiene este ave la cabeza plana y al gallo por ser puntual le da su derecho de estar en la casa y cantar y hacer despertar todas las mañanas a la población y al ratón le digo ya no comerás solo granos sino todo lo que come los humanos de preferencia el queso.